martes, 29 de mayo de 2012

TECNOLOGIA EN LA LITERATURA


 TECNOLOGIA EN LA LITERATURA
En los últimos años, Internet ha experimentado un crecimiento espectacular y se comenta que puede originar cambios en el modo de aprender, permitir mejoras en la presentación de contenidos, nuevas formas para ganar la atención del participante, maneras diferentes de desarrollar la percepción, la memoria y la comprensión, así como facilitar la discusión entre participantes de un modo flexible.
La tecnología ha cambiado el modo de comunicarnos y de interactuar con nuestro mundo. Pero, ¿qué pasará con la literatura?, ¿tienen futuro los libros impresos?
Cuando se está inmerso en esta civilización postmoderna, en esta nueva era sin tiempo y sin espacio, en que todo es virtualmente posible a través de los medios electrónicos, se plantean serios interrogantes que es necesario responder:
¿Qué ocurriría sin teléfonos celulares, sin correos electrónicos y, sobre todo, sin Internet, sin chatear, sin navegar por el ciberespacio para descubrir nuevos horizontes?
Se viviría incomunicado, incapaz de reaccionar ante un universo globalizado en el que todo lo que ocurre puede ser transmitido en línea siempre que haya una cámara digital que capture el momento.
Se ha llegado a una situación en que, sin necesidad de moverse, es posible ser testigo de hechos que ocurren a millares de kilómetros y también de comunicarse en tiempo real con quién se quiera, siempre que se cuente con la tecnología para lograrlo.
Por ejemplo: ahora es posible desde un i-phone ubicar en un mapa virtual el lugar en que alguien se encuentra y localizar los servicios cercanos que necesita, estableciendo una comunicación telefónica sin necesidad de acudir al directorio. Porque ya esos gruesos libros con anuncios y listados de teléfonos han quedado obsoletos, como las enciclopedias y los diccionarios.
Todo está en la Internet, incluso los textos de los cuentos más variados, las recensiones de las novelas más destacadas y próximamente –según anuncian en las bibliotecas de las universidades- las versiones digitales de todos los libros.
Si esta es la situación, ¿qué le espera a la publicación impresa de obras literarias?, ¿es el indicio de que llegará a ser una especie en extinción?, ¿para qué estudiar Letras?, y más aún: ¿para qué escribir literatura si los lectores ya no van a pagar derechos de autor?, ¿se hará por amor al arte?
Pero volviendo a los libros. ¿Qué ha pasado con ellos en las últimas décadas?, ¿cuál es su porvenir? También ellos han sufrido transformaciones.
Desde la invención de la imprenta por Gutenberg, que marcó un hito en la historia de la humanidad y en la masificación de la cultura, los libros han cambiado mucho. Ya no es necesario colocar los tipos uno a uno como en el siglo XV y no solo eso, ahora, los procesadores de textos hacen mucho más sencilla la escritura y la corrección y los nuevos programas de diseño editorial son cada vez más amigables y fáciles de manejar.
Pareciera que desde el punto de vista técnico cualquiera podría escribir un libro, solo se requiere preparar a conciencia el original y entregarlo al editor para que haga su parte. Pero no solo eso, la escritura también ha sido capturada por Internet y ya hay quienes publican en blogs sus opiniones e invitan a colaborar a sus amigos y, con suerte, alguien en la búsqueda de un tema los encontrará en la web.
Pero, cosa rara, los libros se siguen publicando, las ferias internacionales del libro siguen concurridísimas y los niños disfrutan tanto de un libro con ilustraciones como con un juego de video.
Al parecer todavía no le llega al libro la hora de su desaparición. Al contrario, los libros son grandes amigos, es posible escucharlos y dialogar con ellos, mirarlos y tocarlos, abrir sus páginas y percibir su aroma.
Hay, actualmente, todo tipo de ediciones, con todo tipo de papel y todo tipo de letra. Cada una para diferentes públicos. Hay libros para todos los gustos: de cocina, de artes y oficios, de filosofía, de historia, de ciencias experimentales, ciencias económicas o ciencias sociales. Pero el lugar privilegiado lo ocupan las obras literarias: las novelas, los cuentos, los poemas.
Está en manos de todos promover entre las nuevas generaciones el gusto por la lectura, el placer de leer, no sólo los hipertextos cibernéticos que les lleven por intrincados caminos virtuales, sino, sobre todo los cálidos libros impresos.
Espero que la literatura nunca desaparezca tanto físico como mentalmente ya que no es de gran ayuda, y en nuestra vida cotidiana se ocupa a diario.
Sin la literatura no seriamos como somos actualmente con una gran visión hacia el mundo exterior.



2 comentarios:

  1. hola que buen trabajo esta muy completo y entendible para cualquier lector felicidades bueno adios.

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  2. BLANCA no se si ambien devia de publicar en esta pero bueno:
    Esta informacion me parece que es muy buena solo esperemos que la TECNOLOGIA no nos gane........

    bien Blanquita

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